viernes, 14 de agosto de 2015

¿ES IMPOSIBLE QUE APRENDEN NUESTROS POLÍTICOS?

Confiaba plenamente en que el huracán que en los últimos meses sacudió nuestro país reclamando honestidad y denostando brutalmente la corrupción y la infamia había tenido eco en la política española.
Suponía, eso si, que quedarían algunos retazos de podrida infección que en las categorías más bajas de todas las opciones aun seguirían escapando de la necesaria reconstrucción moral y que, amparados en la escasez de controles, aun mantendrían sus redes de clientelismo... Pero estaba seguro que no serían más que excepciones y que ahora ya nadie se atrevería a plantear sus embustes, sus trampas, sus mentiras y sus farsas a gran escala y en los niveles más altos de la política...
Pero, sin duda, para que la sorpresa siempre sea posible basta con vivir en España.
He podido comprobar en estos últimos días como esos "catalanistas de salón" obvian que los padres de su movimiento independentista superan la codicia sin límites y hacen del asalto sin escrúpulos al erario público bandera de su vida. ¡Para que mirar hacia atrás si podemos correr hacia adelante, hacía una carrera al vacío, donde millones de ciudadanos catalanes y no catalanes (algunos no entienden que las fronteras son un concepto medieval y burgués) acabarán pagando la sinrazón de los que esconden su tragedia y fracaso moral bajo la defensa una bandera!
Y cuando el verano aun está en plena vigencia, llega el Ejecutivo (tan falto de inteligencia como de categoría ética... igual que sucede en una Oposición lastrada de defectos y preñada de rancios defectos morales) y nos regala dos terribles episodios.
El exministro de Educación, enamorado, -que no hay edad para la pasión y que ya se sabe que "tiran más un par de ... que un par de carretas"- solicita de su Presidente una luna de miel pagada en París. Y, sin duda, los servicios prestados bien merecen un regalo pasional. Convertido en embajador ante la OCDE, pegadito a su pareja (que el amor hay que cultivarlo también en lo físico), el erario público costea un retiro excepcional a un ministro "excepcional". La justificación a todo esto está por llegar pero el gobierno considera que no es necesaria.
Y en estas estábamos, cuando nos enteramos que el Señor Ministro de Interior se reúne con Rodrigo Rato (y perdonen, pero aquí no coloco el Don, pues ese uso solo puede ser aplicable a quien se merece un respeto que a tenor de lo que ha sucedido en Bankia no se ha ganado) en la sede del Ministerio. Y cuando se le piden explicaciones no sólo se atreve a insultar a todos aquellos que dudamos de la buena fe de la entrevista, sino que incluso afirma que lo haría con cualquier otro ciudadano que estuviera en semejante situación.... Sinceramente no se si el Ministro de Interior pretende llamarnos estúpidos a todos los españoles o simplemente la "inteligencia" no le llega para entender el alcance y la gravedad del hecho. El Ministro es un hombre de fe... Yo también... Pero está claro que Dios no ha sido muy justo en el reparto de sus virtudes... incluidas las morales... Y yo, en su situación, Señor Ministro, buscaría lo antes posible un confesor, pues sabedora la sociedad de la gravedad de su pecado que al menos el cielo se lo perdone.
Y por si fuera poco, la Oposición nos deja estampas tan poco edificantes como la del alcalde de Lugo y los socialistas gallegos, que juegan a personalismos por encima de intereses generales... Un ejemplo bien sencillo que alimenta esa vieja y extendida creencia que afirma que a la política se va para lucrarse...
Y hoy, mientras veíamos las noticias, y notaba las miradas incrédulas de mis hijas pidiendo explicaciones, realmente me preguntaba ¿es imposible que aprendan nuestros políticos la palabra honradez?