jueves, 30 de noviembre de 2023

UN DRAMÁTICO COMBATE

Encarados. Los ojos -fijos, profundos, ardientes, encendidos- se retaban. Uno frente al otro, rompiendo las distancias, rasgando los límites. Yo -inseguro- oponía mi orgullo a tu decisión. Tu -con tu espíritu temerario- refutabas mi prudencia con tu arrojo arriesgado.

Aparecíamos los dos enfrentados en un combate contra el sentido y la razón. Un combate que se antojaba salvaje y animal.

Dos seres humanos y la brutalidad de sus instintos más primitivos.

Era diciembre. Recuerdo que era una tarde de diciembre donde la luna había vencido y el frío se imponía como anuncio del ardor que iba a acontecer.

Y sucedió... se impuso lo irracional al sentido común, a lo lógico, a lo correcto. No fue posible ni el sosiego ni la calma.

Encarados... completamente encarados... tus labios se hundieron en los míos de forma feroz, mientras yo absorbía en aquella pugna toda la pasión que derramábamos.

Fue en esa tarde de diciembre cuando aprendí el verdadero sentido de la palabra besar.