miércoles, 22 de febrero de 2023

IRONÍA

IRONÍA

Todos solían reír a carcajadas cuando pronunciaba, como arrastrando las palabras, aquella impactante expresión:

-En serio. Es un auténtico milagro que yo siga con vida.- y tras el silencio de todos, sonreía y brindaba señalando con su whisky a todos los contertulios. Sin dar tiempo a que nadie comentase nada, y entre la sorpresa general, añadía – Soy el único ser humano sobre la tierra que vive sin corazón.

Era entonces, cuando al silencio sobrevenía la carcajada general, las chanzas, los chascarrillos. Él también acompañaba aquella alegría. Sonrisa amplia, golpes en su pecho izquierdo, y manos vacías… y una mirada preñada de nostalgia que no encajaba en la alegría general de la reunión.

Tras esto, muchas otras bromas. Era un buen conversador. Y un excelente anfitrión. Y las tertulias en el jardín podían prolongarse horas, hasta que su hija retiraba las botellas de alcohol que bien sueltan la lengua a todos.

Aquellas reuniones se hicieron famosas por el profundo humor y alegría que las presidía y caracterizaba. Los atardeceres se hacían inmensos y rebosantes de jocosas reflexiones llenas de ironía y sagacidad.

Pero no era todo hipérbole en el discurso. Realmente, él si había perdido el corazón. Lo había perdido una tarde de otoño. Había sido un momento hermoso, muy hermoso, cuando el otoño empieza a llamar a las puertas del invierno y algo inexplicable sucede. No notó inmediatamente su ausencia, pero si como una querencia inevitable a la huida. Lo recordaba perfectamente. En su lugar, ahora, solo sobrevivía un órgano cuya función era simplemente bombear sangre, un puro artilugio mecánico.

Su corazón –entregado, o robado, o perdido- nunca había regresado y ahora, simplemente, sobrevivía como podía con la ironía y la burla, acompañado por otros que quizás tampoco tuviesen corazón pero eran tan imbéciles que ni se habían dado cuenta de su pérdida. 

No debemos obviar que también le ayudaba a seguir sobreviviendo y respirando ese artilugio formado por dos aurículas y dos ventrículos, separados por un tabique central llamado septo y con venas y arterias que permitían introducir y sacar la sangre hacia las diversas partes del organismo. Pero aquel musculoso conjunto repleto de válvulas (mitral, tricúspide, pulmonar, aórtica) y hojuelas diversas, al que todos daban una importancia exagerada y se empeñaban en llamar corazón, no era más que un mero artilugio que le permitía sobrevivir... pero no vivir.

 

domingo, 19 de febrero de 2023

PARA TODA LA ETERNIDAD

PARA TODA LA ETERNIDAD

Te había observado en tantas ocasiones que podía repetir tu sonrisa de memoria, adivinar cada mechón de tu pelo, describir cada detalle de tu cara. Podía dibujarte, escribirte, definirte. Podía encerrarte en la magia de la semántica y… en esas ocasiones, eras realmente mía.

¡Te había observado tanto! ... Te había admirado de semejante manera… Te había repetido en tantas ocasiones con el objetivo de que mi memoria fuese tu alfarero… que podía hacerte presente en todo momento y con toda la intensidad.

Y de pronto, como el rayo que rompe el silencio y la sobria oscuridad de la noche, todo cambió. Y dejaste de estar en mis palabras, en mis ansias, en mis deseos, en mis sueños, en mi imaginación voluptuosa.

Te marchaste.

Y ahora, en ocasiones, araño la soledad e intento dibujar un boceto que no recuerdo y encerrar en pobres adjetivos la perfección.

Y la tristeza se hace perenne y el vacío es infinito.

Y es entonces, cuando vuelvo al jardín, y te vuelvo a desenterrar con el único objetivo de volver a recuperarte.

Nadie ha entendido tu extraña partida sin ninguna explicación. La mayoría lo atribuye a mi extraña obsesión contigo. Otros afirman que yo era muy posesivo. Unos y otros me miran con despreciativa condescendencia. Y hasta hay algunos pocos a los que le produzco lástima…

Pero yo te recupero después de unas paladas de tierra. Y vuelves a ser mía, durante un instante regresa tu imagen…

Por cierto, debo de agradecer al jardinero su sinceridad. Cuando me dijo que el terreno tenía un PH extraordinariamente neutro y, bromeando, afirmó que si enterraba al perro mis tataranietos lo encontrarían igual, no sabía cuanta tranquilidad estaba aportando a mi deseo de tenerte eternamente.

martes, 14 de febrero de 2023

SAN VALENTÍN

SAN VALENTÍN

Todos los días de San Valentín repetía la misma cadencia romántica.

Me vestía con mis mejores galas, me acercaba a la floristería de al lado de casa y compraba aquel enorme ramo de ranúnculos y tulipanes. Después, en la confitería, recogía la caja de bombones que ya me tenían envuelta con un gran lazo.

Luego, caminando con calma y sonriendo feliz, sorteaba la calle y los comercios vecinos.

Recorría todo el barrio hasta el comienzo del Ensanche.

Una vez allí me acercaba hasta el contenedor apartado detrás de la parada del autobús y arrojaba las flores y los bombones a su interior.

Más tarde, comía el menú del día en un bar cercano.

Y regresaba a casa, de nuevo, caminando.

Un año más yo estaba dispuesto para el amor que no llegaba.