martes, 17 de mayo de 2011

NO SALEN LAS CUENTAS

5000 Habitantes. Un ayuntamiento de tipo medio; el modelo de la Galicia de los 315. Suena la trompeta de las elecciones. Aquella tierra que había estado callada y sumergida en el anonimato, al margen del compromiso y la vitalidad que exige la sociedad de nuestro tiempo, de pronto se despierta con voraz "apetito solidario", extraordinario vigor y generosidad, y cientos de modelos alternativos de cambio  y progreso. 
Repito, son cinco mil habitantes. El próximo 22 de mayo al menos siete listas con 20 candidatos en cada papeleta competirán por obtener el respaldo popular al amparo del mensaje del compromiso, del cambio, del avance conjunto, igualitario y sostenible. 
Hagamos un  pequeño ejercicio de cálculo: siete listas con una veintena de candidatos en cada una de ellas supone 140 personas. Supongamos que cada uno/a de esos candidatos/as formará parte de una familia que -consideremos como media- conforman cinco miembros. Esto nos lleva a 700 personas que directa o indirectamente forman parte del compromiso social electoral. Si a eso le añadimos un 20% de población joven que no puede votar (mil personas más), un 10% que nunca participa del mismo (500 personas) y un 15% de "cabreados" con la situación actual y la falsa democracia que escenificamos cada ano en las citas electorales diversas (son 750 personas más). 
Aquel que haya conseguido seguirme hasta aquí podrá comprobar con una simple adicción que estamos ya en 3000 personas. Esto significa que de la cantidad inicial de empadronados en el concello solamente 2000 son realmente electores libres y que deben y pueden debatir ideas y programas en la búsqueda del mejor proyecto. O sea, que menos de un 40% de la población (pues no todos ellos participarán activamente y de forma reflexiva en el proceso) determinarán el futuro... a todas luces,. incluso bajo el prisma exclusivo del razonamiento matemático, una proporción un tanto injusta.
Pero incluso surge otra segunda reflexión: 2000 potenciales votantes y  700 personas directamente relacionadas con el proceso de candidaturas. ¿Alguien pude realmente creer que si un 38% de la población -o sea esos que ahora aparecen como candidatos salvadores y su entorno social o familiar que lo arropa- estuviera seriamente comprometido con la sociedad, con la solidaridad y con el entorno más próximo estaría sucediendo la tragedia humana que cada día certificamos a nuestro alrededor? 
Está claro que algo más hay que compromiso, programa, ansias de cambio.... algo más hay que mueve a muchos a figurar ... algo más hay que suena a extraño, a inmoral... algo más hay... pues para ayudar a cambiar la sociedad y a darle la vuelta al país no hacen falta unas elecciones... ¿O sí?... Si fuese así, no lo dudemos aquellos que de verdad no estamos satisfechos con lo que sucede; demostremos con nuestro voto nulo o con nuestro voto en blanco que no nos PUEDEN representar los que han permitido que todo esto suceda... 
Demostremos que la solidaridad, la entrega a los demás, el compromiso social se vive al margen de las listas electorales (de las que no nos salen las cuentas... salvo que haya algo más).

martes, 10 de mayo de 2011

LO ACEPTO... PERO NO INSULTEN NUESTRA INTELIGENCIA

Si, ya se que es cierto, aunque la utopía -siempre viva- deseara ardientemente otro paisaje.
Es obvio que las empresas nacen con el fin, lícito, de obtener beneficios económicos. El sistema se sustenta precisamente en que el éxito y rendimiento positivo permiten generar la expansión a otros ámbitos; el crecimiento y la creación de empleo, la mejora social y la aparición de nuevas oportunidades y nuevos campos de actuación que realimentan nuevamente el circuito económico.
No voy a ser yo quien dude de las "virtudes" de esa premisa inicial (aunque insisto, aun a riesgo de ser tildado de obsoleta, además de otros calificativos que supongo alguno ya me ha atribuido: ojalá existiera la conciencia generalizada que tuviera las agallas de contemplar la posibilidad de otros panoramas... que si son posibles).
Acepto el principio y, aunque me cueste mucho, acato el dogma convirtiéndome al capitalismo como un feligrés más: las empresas deben ganar dinero, y cuanto más ganen, mejor.
Aun voy más lejos y en mi devoción de "ilumninado" por la doctrina del liberalismo que algunos acuñan como filosofía de vida, puedo abanderar el eslogan: la sociedad tiene por obligación primordial fomentar el éxito financiero de las empresas.
Sin duda, convertido ya el último ateo que quedaba (esto es, el que redacta esta reflexión), el mejor ejemplo de lo dicho se reflejaba estos días en los periódicos de todo el país; los principales bancos de España, en los meses transcurridos del 2011, han ganado  41 millones de € cada día. Han leido bien; 1 de enero del 2011, 41 millones de euros (esto es, 6.900 millones de las antiguas y queridas pesetas); 2 de enero, otros 41 millones a la faldriquera....; 6 de enero, Festividad de los Reyes Magos, y otros 41 millones de euros sin salir de casa (que ese día no abrieron las entidades financieras)... Y naturalmente, a este ritmo, al final de año, la cantidad aproximada será de 15.000 millones de euros (por favor, intenten hacer el cálculo en pesetas que en mi pobre y reducida calculadora no tengo cifras para tamaña multiplicación)...
Esta cantidad es la media de la instituciones financieras,  pues logicamente hubo entidades y bancos que ganaron y ganan mucho más. En todo caso, y los datos son proporcionados precisamente por la agrupación que aglutina a Bancos y Cajas, (para que nadie crea que es una maniobra del comunismo radical e insurgente) y solamente cuatro entidades sufrieron pérdidas (aquellas que finalmente fueron intervenidas por el Estado).
Es cierto que han visto reducidos sus beneficios de un 5% a un 20% (atendiendo a los beneficios obtenidos en el ejercicio del 2008, antes de comenzar la crisis)... Un dato de contraste; mi sueldo se redujo sólo en el último año en un 8% y me anuncian para este segundo semestre una reducción de otro 6%. Otro dato de contraste; mis ahorros ya no existen (100% de pérdida)... Aun así soy afortunado...
Y ahora me pregunto- y estoy seguro que son dudas de hereje, de recien convertido a la religión del capital, de la escasa y mala doctrina que poseo, de pecador irreverente- y que alguien me conteste para que no aparte del buen camino que me lleve a la salvación y al cielo del glamour y del lujo que promete el capitalismo: ¿como estos bancos, tan sufridos ellos, que no permiten que el capital circule, que el crédito llegue al ciudadano y al pequeno empresario? ¿como estos bancos y entidades financieras amenazan con el despido al tiempo que suplican más medidas de apoyo para salvaguardar el sistema financiero? ¿como los gobiernos permiten, con ayudas económicas y con la permisividad de prácticas abusivas a sus clientes que estos bancos se enriquezcan aun a riesgo de estrangular una parte esencial de la sociedad española? ¿como estos bancos pueden tener conciencia moral de explicar la razón social que los sustenta?...
Que si, que lo acepto, que me convierto, que soy del capital, que creo firmemente en el control absoluto de las vidas de los seres humanos por y para el dinero... pero, por favor, hagan algo para anular mi inteligencia que se revuelve de forma brusca, violenta y descarada -pecaminosa, sin duda- contra un sistema que acepta y considera válido este hecho.
Tengo miedo a condenarme por ser inteligente... Cuanto más cerca de la perfección están los idiotas.

martes, 3 de mayo de 2011

APOSTANDO AL EMPATE... EN LAS GASOLINERAS

Desayunarse el periódico (en sentido metafórico) resulta terriblemente desalentador, además de indigesto -ya sin licencia literaria que valga-, y desde luego supone un alegato a favor de la ignorancia en la que nos quieren sumir, una ofensa clara al sentido común y un reconocimiento tácito de nuestra soberana estupidez que nos lleva a aceptar "de facto" lo inhumano, lo indeseable y lo extravagante e irracional como si fuera dogma de fe.
Y si no se creen la declaración explícita que acabo de hacer, que alguien me haga el favor de explicar como pueden ser noticia de portada decisiones tan obvias y elementales como la que hoy nos ocupa (y cito textualmente) publicada en un extraordinario periódico de la Comunidad: "Competencia investiga las subidas de precio "ilógicas" del carburante. La Xunta pidió a la CNC que analice por qué Galicia tiene la gasolina de 95 más cara del país".
Curiosamente hoy, día 3 de mayo, unos "iluminados" concluyen, tras múltiples estudios encargados a diversas empresas (estudios que logicamente fueron financiados por el erario público, esto es, el dinero de todos), que existen llamativas coincidencias en los precios de oferta de combustibles en las gasolineras gallegas. Cualquiera que hubiera cogido el coche en los últimos 30 años, aunque solo fuera conductor ocasional, de fin de semana, se habría dado cuenta que la diferencia entre una gasolinera de Becerreá, una de As Pontes, una de Mondariz, una de Carballo, una de la ciudad olívica, o una de Ferrol sería ínfima, y que posiblemente tuviera que abonar la misma cantidad, curiosamente y exactamente la misma cantidad de dinero, por los mismos litros de combustible. Daba lo mismo la titularidad del negocio; daba lo mismo la compañía suministradora; y hasta daba lo mismo el precio real en origen.
Curiosamente hoy también, tres de mayo, los mismos "iluminados" consideran que el precio en Galicia de los combustibles está más alto que en el resto de la península y que no existe una explicación racional ni razonable que justifique ese alza frente a otros lugares del Estado.
Y curiosamente tambien hoy, tres de mayo, los mismos "iluminados" recuerdan que ya ha mediados del 2009 las grandes distribuidoras (CEPSA, REPSOL, BP) fueron multadas con cifras millonarias  por sus prácticas de obstrucción al libre mercado (multas que se pagan amablemente pues siempre son inferiores a las ganancias que se obtienen por esas prácticas indecorosas y fraudulentas).
Hoy, tres de mayo, algunos "decátanse" (permítanme ser más gallego) que las gasolineras, como los malos equipos cuando el resultado conviene para sus intereses aunque afecte notable y negativamente a terceros, juegan al empate con trampas y mentiras.
Aun así, aquello que todos los conductores venimos comprobando desde hace 30 años, algunos -esos que tienen el poder decisorio y la sartén por el mango- lo acaban de observar, y es de agradecer que, ya que Dios no dió luces a todos (está claro que los hay lentos en el razonamiento, a tenor de la noticia), al menos reparta sentidiño común.
Ojalá algún día sea noticia lo que los ciudadanos opinan, lo que los ciudadanos comprueban todos los días, y lo que los ciudadanos viven y sufren... Y, al paso, ojalá algún día haya de verdad competencia en el precio de los combustibles.
Está claro que hay que darle la vuelta al país.