Estaba cansado de aquella discusión. Era un debate estéril que a nada les conducía. El sabía que tenía razón. La había tenido siempre al hablar de esa cuestión. Ella se negaba completamente a aceptar sus argumentos. Recelaba y se reía de sus conclusiones.
-Tu no observas la realidad.- solía añadir, para seguir negando con la cabeza.
Enseguida cambia de tema, desechaba lo obvio, y lo abandonaba en aquella reflexión con la dejadez de quien considera que aquello es una locura.
Pero el no iba a cejar en el empeño de demostrar en lo que creía. Acudiría a la ciencia y demostraría con datos, irrefutables y precisos, que su argumentación era válida y que su conclusión precisa.
Dotado de paciencia se lanzó a la labor. Lo primero que hizo fue analizar el DSM-IV. Era obvio que ese tenía que ser el primer paso.
El DSM-IV, que significa Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales, es una clasificación y sistema de
diagnóstico psiquiátrico desarrollado por la Asociación Americana de
Psiquiatría (APA).El DSM-IV proporciona criterios diagnósticos detallados para una amplia
variedad de trastornos mentales y del comportamiento. Estos criterios
sirven como guía para los profesionales de la salud mental, como
psiquiatras y psicólogos, en el diagnóstico de trastornos mentales en
pacientes.
Era evidente que si en la conducta o en la salud mental encontraba algún "detalle" su argumento se caería por su propio peso. Se enfrascó en el análisis. Incluso encontró la última versión, el DSM-V publicada recientemente en 2022 y donde ya incluso se abordan todas las dimensiones de la salud mental. Existen tantos parámetros y tantos rasgos de personalidad incluidos en este Vademecum que hasta la manía más sutil e indiferente es estudiada. Pero tras varias jornadas de análisis y contraste, nada halló en aquellas páginas que a ella le aportara un rasgo negativo, concluyendo que seguía en lo cierto.
Pero fue solo el inicio, y para concluir un trabajo científico quedaba aun mucho camino por recorrer. Fue entonces cuando se sumergió en la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner. Este psicólogo estadounidense propuso la teoría de las inteligencias múltiples, que desafía la idea
tradicional de que la inteligencia se puede medir de manera unitaria a
través de un único coeficiente intelectual (CI). Gardner argumenta que
la inteligencia no es una entidad única, sino que se manifiesta en
diversas formas, y así podemos encontrar una inteligencia lingüística, lógico-matemática, espacial, corporal-kinestésica, musical, interpersonal, intrapersonal y naturalista. Es importante destacar que la teoría de las inteligencias múltiples no
prescribe que todas las personas posean todas estas inteligencias de
manera igual. Cada individuo tiene un perfil único de inteligencias, y
Gardner sugiere que la educación y la evaluación deberían tener en
cuenta esta diversidad. Pero en el caso de ella, o la educación recibida había realizado extraordinariamente su labor docente y formativa o acontecíamos a un verdadero milagro: todas las inteligencias se manifestaban de forma plena y adecuada. Y de nuevo otro argumento que avalaba su hipótesis inicial.
Pero aun debía seguir analizando. Acudió con premura a analizar la belleza física, lo que los vulgares denominamos en nuestra pobreza léxica: "el envase". Es cierto que los cánones tradicionales de belleza clásica se refieren a los estándares estéticos que fueron apreciados en ciertas culturas y periodos históricos, especialmente en la antigua Grecia y Roma. Estos cánones influenciaron la escultura, la pintura y la representación artística en general. Aunque estos estándares varían según la cultura y la época, algunos elementos comunes de los cánones de belleza clásica siguen vivos y aunque la belleza física es claramente subjetiva y culturalmente variable, influenciada por diversos factores como las normas estéticas culturales, las preferencias personales y las experiencias individuales siguen empleándose ciertos estándares y medidas para evaluar la belleza física, especialmente en ámbitos como la moda y la publicidad. Así es necesario analizar las proporciones faciales y corporales (aquello que los antiguos griegos denominaron Proporciones Aureas), la simetría, la postura y la actitud, los rasgos faciales específicos, el índice adecuado de masa corporal o los estándares de moda. Cruce opinión con asesores de imagen, esteticistas, maquilladores, monitores de Fitness, terapeutas del Bienestar, diseñadores, consultores de belleza y fotógrafos. Nadie, absolutamente nadie, se atrevió a poner un pero, el más mínimo defecto. Además su opinión y sentencia fue clara, ágil y determinante al plantearles las cuestiones acompañado por aquellos dos grandes amigos senegaleses que suelen acompañarle cuando va a hacer gestiones y que, en ocasiones, intimidan y parecen coaccionar. Pero nada más lejos de la realidad... son majísimos y tienen un gran poder de convicción.
Debía pues encontrar en el error en su inadecuada integración social, en un comportamiento poco educado, en rasgos que definiesen su higiene... Acudió en la búsqueda de un Manuel de Buen Comportamiento, algo semejante a aquellos viejos manuales que durante el franquismo existían en las casas y donde nos enseñaban a rechazar hasta tres veces un regalo o a callar cuando hablaba un adulto o a limpiarse la boca con la servilleta siempre sosteniéndola con dos dedos de las dos manos. Aquellos manuales que construyeron hombre y mujeres educados socialmente, señoritos y señoritas de bien... Por desgracia, los tiempos han cambiado y de aquellos olvidos... estos lodos. Pero decidió analizar cuestiones esenciales como el respeto, la cortesía, la puntualidad, la honestidad, la empatía, la higiene diaria -especialmente por el hecho de la feminidad-, los modales en la mesa, la obligación de cumplir los compromisos, el respeto al espacio personal, el huir de los chismes y "dimes y diretes", la generosidad y hasta el respeto -que ya no la devoción- a la manifestación religiosa y espiritual. Y si bien es cierto que no le pudo atribuir una pasión inmensa por la Santísima Trinidad ni una entrega a la lectura del Antiguo y Nuevo Testamento y demás Libros Sagrados, todo lo demás se manifiestaba en ella de forma asombrosa, contribuyendo con su quehacer diario al crecimiento de la felicidad a su alrededor
Quedaba pues únicamente comprobar su integración social y su respeto y compromiso con el entorno.
Realizamos un sociograma entre aquellas personas que la conocen.Un sociograma es una representación gráfica de las relaciones sociales
dentro de un grupo específico. Este instrumento se utiliza en el ámbito
de la sociometría, una rama de la sociología que se ocupa de medir y
analizar las relaciones sociales. El centro de todas las flechas confluían en ella.
Analizó su actitud con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 con muy diversos indicadores; encuestas, informes, herramientas de evaluación de impacto ambiental, consultas públicas, estudio de acciones de la vida diaria, auditorías independientes. Salvo la posesión de un viejo coche que parece contaminar algo de más, pero que es normal que no renuncie a él por la pasión que muestra por las cosas y personas viejas, podría llamársele la Greta Thunberg española debido a su compromiso y cuidado del medio ambiente y del desarrollo sostenible de todos los pueblos y su implicación en esta tarea.
Definitivamente tenía que concluir su argumentación. La ciencia le había dado la razón. El análisis concienzudo lo había determinado. Era perfecta. Definitivamente... era perfecta.
Ahora tendría que aceptarlo sin rechistar. Se había acabado la discusión.
Pero fue en esa frase... en esa sentencia... cuando se dió cuenta de su error.
¿Perfecta? ¿Discusión?
Recordó a los presocráticos, a Parménides. "El ser es y el no ser no es... y el ser nunca puede llegar a no ser, y el no ser nunca puede llegar a ser". Era evidente, muy evidente.
Y aun se apoyó también en la escolástica y aquel maravilloso argumento ontológico de San Anselmo.
Como medieval, monje y pensador, San Anselmo no era muy de resumir. Por eso hagamos una síntesis de su idea. San Anselmo define a Dios como "ese del cual nada mayor puede ser concebido" o "el ser que no puede ser concebido como inexistente". Es decir, Dios es el ser más perfecto e imaginable. También sostenía que es "mayor" existir en la realidad que existir
solo en la mente. Si Dios es el ser más perfecto e imaginable, entonces
la existencia en la realidad debe ser parte de esa perfección. Si alguien desea negar su existencia deberá pensar "Dios no existe". Pero si afirma esa negación es que posee la idea de Dios, de un ser perfecto. Y si decimos que Dios solo existe en la mente y no en la realidad,
entonces podríamos concebir un ser aún más grande: uno que exista tanto
en la mente como en la realidad. Esto contradice la definición original
de Dios como el ser del cual nada mayor puede ser concebido.
Y hay, además de concluir que San Anselmo debía ponerse hasta las cejas de vino de Misa para darle así a la cabeza, lo vió definitivamente claro. Tenía que reconocer que le había ayudado a la iluminación la falta de sueño y los wiskyes que siempre son una extraordinaria herramienta para agilizar el pensamiento.
Había que variar la conclusión. Ella no era perfecta. Debía darle la razón.
Pues una persona perfecta ama la perfección y, en consecuencia, no se podía haber fijado en alguien tan imperfecto, tan vanal, tan débil, tan inútil, tan deforme y tan poco ilustrado como él.
La perfección reclama perfección, orden, claridad... La perfección es grácil, muestra fortaleza, grandiosidad. Y no puede mancharse con la imperfección.
Esa tarde el que sonrió fue él. Solo le dijo:
-Tenías razón, y cuando alguien tiene razón, hay que dársela y ya está.- concluyendo de forma tajante.
Pero han pasado los años y sigue buscando donde radica, donde se esconde esa imperfección...
Está claro que es un misterio...¡Hasta es perfecta para esconder sus defectos!