EMPEZANDO POR AQUELLO QUE DE VERDAD IMPORTA
Supongo que resulta fácil, para todos aquellos que tenemos el privilegio, repito... ¡el privilegio!, de llegar a final de mes, pensar en la próxima cita electoral y valorar con mayor o menor generosidad la ¿variada? oferta que el " clan" político nos ofrece. E incluso podemos atrevernos a juzgar, en un ataque de permisividad ilusa e infantil, a muchos de aquellos que con mayor o menor honestidad (que el "derecho a la inocencia" se le reconoce a todos... incluso a los banqueros) llenan las listas de las diversas siglas en cada ayuntamiento de esta piel de toro. Curiosamente hay un sinfín de "voluntarios" dispuestos a sacarnos de la crisis... al olor de los votos acontece como en las mariscadas gratuitas.... siempre hay gente dispuesta.
Pero los privilegiados podemos perder el tiempo, podemos incluso divagar al calor de una copa o de una cerveza, o podemos jactarnos de nuestra sabiduría política entre comentarios jocosos de futbol (ahora que el "clásico" semeja ocupar la vida del país)... pero todo eso.... ¿realmente importa?
Al parado que no sabe ya donde buscar una ocupación; a la madre que le cuesta inventar menús más económicos para comer en casa; a las empresarias y empresarios que están llenos de deudas y de amenazas por que no pueden pagar debido a que a ellos tampoco le pagan; a tantos y tantas que la hipoteca -aquella que nos vendieron como la "oportunidad de nuestras vidas regalada por el banco de nuestra vida"- les hace llorar lágrimas agrias todos los inicios de mes sin saber cuando podrán pagar el siguiente recibo; al joven licenciado universitario que firma un contrato de 500 euros y gracias; a aquellos que llenan los comedores económicos; a los anónimos que vuelven a llenar las iglesias -que no de fe, sino de necesidad- en la búsqueda da la ayuda inmensa que entidades como Caritas ofrecen llenando el hueco (eso si que es un agujero negro) que debería ofrecer el Estado o incluso Entidades nacidas y privilegiadas precisamente por su función de servir a la sociedad (entiendase precisamente Cajas de Ahorros... ); a los perdidos ya para el futuro; a los que nada les queda; a los que cada día es una amenaza para su incierto trabajo.... a todos ellos lo que de verdad le interesa es hablar de soluciones.
Pero de soluciones conjuntas, de acuerdos de todos para salir de este infierno, de decisiones que obliguen a aquellos que nos condenaron a los avernos (los intelectuales de la Gran Banca, los iluminados del Capital, los adalides de las virtudes del sistema donde todo consistía en potenciar el consumo a cualquier precio) a que paguen el precio exigido por su barbarie y por su equivocación.
Resulta curioso, y justo sin duda, que juzguemos a aquellos que cometan crímenes de guerra, crímenes contra la sociedad, crímenes contra la humanidad... Pero no olvidemos que un crimen no es sólo quitarle la vida a alguien... también es un crimen, y acaso tan grave por la consecuencias sociales que conlleva, quitarle la esperanza, la ilusión, el futuro y el destino a millones de ciudadanos... Y alguien, supongo, tendrá responsabilidades... Y no creo que sea simplemente un grupito de políticos.
Pidamos responsabilidades... pidámoslas YA.
Fernando Garea Vidal.
Pero los privilegiados podemos perder el tiempo, podemos incluso divagar al calor de una copa o de una cerveza, o podemos jactarnos de nuestra sabiduría política entre comentarios jocosos de futbol (ahora que el "clásico" semeja ocupar la vida del país)... pero todo eso.... ¿realmente importa?
Al parado que no sabe ya donde buscar una ocupación; a la madre que le cuesta inventar menús más económicos para comer en casa; a las empresarias y empresarios que están llenos de deudas y de amenazas por que no pueden pagar debido a que a ellos tampoco le pagan; a tantos y tantas que la hipoteca -aquella que nos vendieron como la "oportunidad de nuestras vidas regalada por el banco de nuestra vida"- les hace llorar lágrimas agrias todos los inicios de mes sin saber cuando podrán pagar el siguiente recibo; al joven licenciado universitario que firma un contrato de 500 euros y gracias; a aquellos que llenan los comedores económicos; a los anónimos que vuelven a llenar las iglesias -que no de fe, sino de necesidad- en la búsqueda da la ayuda inmensa que entidades como Caritas ofrecen llenando el hueco (eso si que es un agujero negro) que debería ofrecer el Estado o incluso Entidades nacidas y privilegiadas precisamente por su función de servir a la sociedad (entiendase precisamente Cajas de Ahorros... ); a los perdidos ya para el futuro; a los que nada les queda; a los que cada día es una amenaza para su incierto trabajo.... a todos ellos lo que de verdad le interesa es hablar de soluciones.
Pero de soluciones conjuntas, de acuerdos de todos para salir de este infierno, de decisiones que obliguen a aquellos que nos condenaron a los avernos (los intelectuales de la Gran Banca, los iluminados del Capital, los adalides de las virtudes del sistema donde todo consistía en potenciar el consumo a cualquier precio) a que paguen el precio exigido por su barbarie y por su equivocación.
Resulta curioso, y justo sin duda, que juzguemos a aquellos que cometan crímenes de guerra, crímenes contra la sociedad, crímenes contra la humanidad... Pero no olvidemos que un crimen no es sólo quitarle la vida a alguien... también es un crimen, y acaso tan grave por la consecuencias sociales que conlleva, quitarle la esperanza, la ilusión, el futuro y el destino a millones de ciudadanos... Y alguien, supongo, tendrá responsabilidades... Y no creo que sea simplemente un grupito de políticos.
Pidamos responsabilidades... pidámoslas YA.
Fernando Garea Vidal.
Extraordinafrio artículo. Al menos alguien tiene el coraje de llamar a las cosas por su nombre. Ánimo y sigue así.
ResponderEliminarAcabo de decatarme quen é ReaGa...
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