CON NOSOTROS
Una calavera. Solo es una calavera.
No hay motivo a tanto escándalo. Solo es una vieja pero limpia calavera.
Es cierto que, al lado de los calzoncillos y junto a los calcetines de casa, no resulta el mejor y más adecuado lugar para guardar aquel objeto. En eso, puede que tengan razón.
Pero aun así, no hay motivos para montar aquel follón.
Mamá, descompuesta y alterada, sumida en un ataque de nervios. Papá insistiendo en la gravedad del asunto y creando un enorme alboroto, con su discurso inclemente, severo e inflexible. Y mi hermanita, asombrada con sus ojos de lechuza, no para de mirarme entre lágrimas e inquietud.
Pero solo es una calavera. Como quién tiene un osito de felpa, un peluche o una mascota. Una dulce calavera.
Está claro que no lo entienden. Tanta unión familiar, tanto proclamar que éramos una piña… y no lo entienden. Nunca me han comprendido. Nunca
Por lo tanto, evitaré decirles lo mucho que me costó desenterrar a la abuela para que siguiera compartiendo con nosotros tantas cosas.
Insisto, relatos cortos , en la Ser
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