NO NECESITAMOS HEROES
Puede que a algunos, especialmente a aquellos que viven -y muy bien- de vendernos estereotipos e iconos, les resulte extraño, e incluso pecaminosa la afirmación... pero, es cierto, ¡no necesitamos heroes!
No, no necesito, ni usted, ni aquel que tan siquiera se digna a leerme pues considera que lo que escribo es sólo basura, mediocridad o lirismo utópico... no, no necesitamos heroes. No necesitamos salvadores de la patria, no necesitamos políticos con ocurrencias grandiosas (o grandilocuentes), no necesitamos ídolos que nos guien por el camino, no necesitamos pastores, ni salvadores, ni referentes...No... que no, que valemos mucho. Que los españoles, como el resto de género humano (en líneas generales), somos estupendos, y honrados, y colaboradores, y trabajadores, y esforzados, y valiosos, y buenas personas,...
Que no quiero que nadie venga a decirme que me va a sacar, por su grandeza y ocurrencia, de la crisis. Que eso lo haremos entre todos, pues estoy seguro de que lo lograremos... que el pueblo puede, que somos muchos y muy buenos, y ellos, los otros, los que juegan con los intereses de toda una sociedad para obtener pingües beneficios son... y apelo al dicho, pocos y muy, muy cobardes.
Que como si fuera un partido de la Roja... ¡podemos!..
Me da igual que me tilden de idealista; ojalá no muera nunca el idealismo, ni los poetas, ni la ternura, ni el amor inocente, ni el compañerismo entregado, ni la gratitud infinita, ni la generosidad sin límites... Esos son los valores que todos aprendimos en nuestra juventud, y me niego a creer que mi madre (como tantos otros padres) se equivocaron en su tarea de educar...
Que no, que tenemos, tengo y teneis, cada uno de nosotros, la capacidad extrema de cambiar las cosas... y que no necesitamos salvadores....
Por favor, que no nos tomen el pelo. Somos lo suficientemente maduros para entender que esos estereotipos no son la solución...
Nosotros podemos cambiar el mundo... Hagámoslo. O al menos, intentémoslo y dejemos a nuestros hijos el orgullo y la valiosa enseñanza de haber sido valientes en el empeño. Puede que al final no tengan otra herencia... pero, ¿puede haber algo mejor?
Yo, al menos, apostaré por vivir de pié y que mis hijas crean y confirmen que su heroe, su icono, su referencia, fue alguien que no creyó en los heroes...
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