LAS DEUDAS DE LAS ADMINISTRACIONES.... ¿Y LA RESPONSABILIDAD?
Observaba ayer a nuestra Conselleira y a la Ministra de turno debatir sobre las deudas de las administraciones y, por un instante, solo por un instante, pues tan bien bordaban su papel, pensé que era real aquel desencuentro.
Había un político, no recuerdo muy bien quien era, aunque debería ser uno de esos "intelectuales" de corbata y traje que no conoce más realidad que aquella que se puede observar desde el ventanal amplio y generoso de su despacho (eso si, una realidad cuidada, como el entorno que lo rodea), que afirmaba sin ningún tipo de rubor que las administraciones para funcionar adecuadamente debían estar endeudadas permanentemente.
En la línea opuesta, y al amparo de los tiempos difíciles que alimentan siempre los extremismos y las barbaries, brotó y creció la opinión que justificaba el concepto de administración rentable, como una empresa (incluso como un banco de esos que afirman están en crisis y en graves dificultades, y a los que inyectamos el dinero de todos como salvaguarda de su supervivencia, pero que endurecen su trato a los clientes y ganan cada ejercicio un 10% más que el año anterior), y que, en consecuencia, tendría que arrojar pingües beneficios; aunque fuera a costa de sacrificar servicios, de descapitalizar todos los bienes de la sociedad (esto es, el Estado) privatizando y privatizando, y de suprimir las políticas que evitan las desigualdades.
Unos y otros estaban y están equivocados; nadie con un mínimo de sentido común puede participar de esquemas tan drásticos, injustos y grotescos. Pero curiosamente; la política del endeudamiento y su solución posterior (la tijera por medio de la privatización y la reducción de los servicios elementales) se ha impuesto en todos los esquemas y filosofías políticas.
Asistimos en este momento al cruce de insultos y amenazas entre Comunidades Autónomas y Estado central por el abono de la deuda de unos y otros. Algunos incluso aseguran que puede ser la puntilla definitiva a nuestra sistema económico (¿donde estaban estos agoreros, cuando no fueron capaces de prever lo que venía?), y hasta hay quien afirma que en el fondo no es más que un conflicto político por obtener réditos pensando en las próximas elecciones...
Pero hay una realidad que nadie enfrenta; si usted, como ciudadano,. contrae una deuda con una entidad bancaria, con hacienda o con un particular, tarde o temprano tendrá que abonarla, independientemente de las condiciones, plazos y formas. Igualmente su entorno, esto es, su familia o aquellas personas a las que representa, podrán exigirle razones, explicaciones y motivos del porqué de esa deuda. E incluso, si usted, en representación de otros, hubiera contraído la deuda sin razones evidentes para su existencia o el uso del capital prestado no hubiera sido el más adecuado habría consecuencias de muy diversa índole.
Esto, que es lo que sufrimos y vivimos todos los ciudadanos, no lo sufren ni lo viven aquellos que dicen representarnos. En función de una "sabiduría" extrema, adquirida por ciencia infusa en el momento de su elección en una lista electoral, los políticos tienen capacidad para endeudar y con eso, comprometer, el futuro de una sociedad sin que se le pueda pedir a nadie responsabilidades... Por citar un pequeño ejemplo; aquí nadie va a ser responsable de que la Ciudad de la Cultura nos haya costado a cada gallego, a cada gallego, más de 4.000 €; nadie es responsable de que fusionemos con el dinero de todos los gallegos unas Caixas bajo la premisa de mantener la identidad "nacional" de una entidad que ahora necesitará dinero externo para convertirse en un Banco ajeno a Galicia; aquí nadie es responsable de que en dos años tengamos tres resoluciones de un proceso sobre la energía eólica teniendo que abonar también los gallegos las indemnizaciones que corresponden por las adjudicaciones que se anulan...
Nadie es responsable, a nadie se le piden cuentas, y la solución del futuro pasa ahora por reducir la calidad de los servicios (el primer paso ya se está comprobando en la Sanidad y en la Educación, donde se han producido recortes extremos), por privatizar sectores y por aumentar las desigualdades de la sociedad... Y tampoco aquí habrá responsabilidad de nadie...
Mientras no cambiemos el sistema; mientras no haya nadie que asuma y nadie a quien se le exija, incluso con su patrimonio, la responsabilidad que compromete a toda una sociedad, seguirá siendo muy sencillo jugar con el futuro de todos nosotros... Incluso, teatralizar ese desencuentro que Estado y Comunidades Autónomas representan estos días ante todos nosotros para convencernos (yo diría engañarnos) de su compromiso particular con los ciudadanos... Unos y otros son responsables de esta situación... porque usted y yo, estoy seguro, no fuimos los que decidimos, por poner un ejemplo, la creación de la Ciudad de la Cultura, la fusión de las Cajas, o la decisión del reparto Eólico... simplemente por poner algún ejemplo...
Aun así, hay que reconocer que el "teatro" lo hacen muy bien... Servirían todos ellos para alimentar las horas ociosas de los "intelectuales" tertulianos de Tele 5.
Comentarios
Publicar un comentario