LAS CUATRO Y DIEZ
Era un día especial. Muy significado.Mi hija había invitado al novio a comer a casa y para anunciar que iban a irse a vivir juntos. Los dos abogados. Los dos con futuro. Nada debía salir mal. Nada absolutamente.
Apenas había dormido.Todo estaba impoluto. Todo perfecto. Todo dispuesto para la ocasión. Y mientras arreglaba los últimos jarrones que iban a presidir las mesas, sonó en la televisión la canción de Luis Eduardo Aute, "Las Cuatro y Diez".
Fue en ese cine, ¿te acuerdas?
En una mañana al este de Edén
James Dean tiraba piedras
A una casa blanca, entonces te besé
Aquella fue la primera vez
Tus labios parecían de papel
Y a la salida, en la puerta
Nos pidió un triste inspector nuestros carnets
Luego volví a la academia
Para no faltar a clase de francés
Tú me esperaste hora y media
En esta misma mesa, yo me retrasé
¿Quieres helado de fresa
O prefieres que te pida ya el café?
Cuéntame cómo te encuentras
Aunque sé que me responderás: Muy bien
Ten, esta foto es muy fea
El más pequeño acababa de nacer
Oiga, me trae la cuenta
Calla, que fui yo quien te invitó a comer
No te demores, no sea
Que no llegues a la hora al almacén
Llámame el día que puedas
Date prisa, que ya son las cuatro y diez.
No fui consciente que las lágrimas inundaban mi rostro. No fui consciente de nada pero hubo un instante que me sentí frágil, muy frágil y muy distante. Luego llegaste tu, con tu sana sabiduría, y al verme llorar me dijiste:
-¡Cómo te emociona todo esto!- para añadir.- ¡Todo saldrá bien y seguro que serán muy felices!
Yo recuerdo que te sonreí. Y para mis adentros sólo pensé... ojalá no tengan prisas ni urgencias... ojalá no tengan que llorar a las cuatro y diez.
Comentarios
Publicar un comentario