UNA NOCHE
Nunca supe quien era el padre.
Es cierto que no me me importó nunca. Yo quería tener un hijo sin depender de nadie. Soy una mujer libre y no tengo ni quiero obligaciones ni dependencias con ningún hombre.
Por eso nunca prometí compromiso ni exigí responsabilidad de ningún tipo. Éramos adultos y disfrutábamos de forma consentida.
Desde que supe que estaba embarazada cambié aquellas noches locas por sosiego, templanza y cuidado. Ya tenía lo que necesitaba.
Pero hoy, tres días después de ser madre, y mientras acarició a mi extraño bebé me planteó recordar algunas de las noches pasadas.
Sobre todo aquella fría noche de luna llena con aquel garrido y velludo hombre que me poseyó con fiereza, como si estuviese aullando, y arañó mi espalda en arrebatos de pasión. Es cierto que yo tenía unas copas de más y que atribuí al exceso de alcohol las imágenes de un lobo encima de mi cuerpo... un exceso de ron e imaginación
O... ¿sería otra cosa?
Comentarios
Publicar un comentario