LA SOLUCIÓN

 Es un celoso incorregible. Siempre pensando en lo mismo. Suspicaz con todo. Y cada día que pasa más desconfiado. 

A veces se presenta en mi trabajo, con cualquier disculpa, para saber si estoy en mi despacho. En otras ocasiones, insiste él en trasladarme personalmente a todos los sitios en su propio coche. Y muchas veces, sobre todo cuando teletrabajo, se presenta en casa de forma inesperada obsesionado con una posible infidelidad.

No confía en ningún hombre y no quiere que esté a solas con ninguno. De hecho, tan absorto e irredento se sume en su desconfianza, que acaba de contratar a una interna para que me haga compañía todo el día en casa cuando él debe trabajar. 

Parece que esta decisión le ha tranquilizado un poco. Y a mí también me ha servido muchísimo. Es muy servicial, educada y muy responsable con su tarea. No me abandona ni un instante... ¡y qué manos tiene!... ¡y lo que puede hacer con ellas! ¡Lo que estoy descubriendo!

Hacía mucho tiempo que no gozaba tanto. Eso si es placer lascivo...

Comentarios

Entradas populares