REINVENTARSE
El puesto era pequeño, humilde y reducido, apenas una esquina del cada día más abandonado mercado de la zona. Un cartel decía: “Se venden superpoderes. Baratos.”
El vendedor ofrecía volar por cien euros, invisibilidad por doscientos, leer la mente por quinientos.
Nadie le creía… hasta que un joven pagó por “fuerza sobrehumana” y dobló una farola con las manos.
Inaudito.
Hubo un segundo intento. El camión del GADIS fue levantado con una mano.
La fila se hizo eterna.
Lo extraño llegó después: los compradores empezaron a volver y a quejarse
El que volaba no podía aterrizar, la invisible ya no lograba recuperar su cuerpo, y el de la fuerza no podía acariciar a nadie sin mandarlo al hospital.
El vendedor sonrió, guardó las monedas y bajó el cartel. Necesito reinventarme. Entonces pensó.
—Negocio redondo —murmuró—. Mañana vendo curaciones milagrosas.
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