ALERGIA
Era el rey de todas los encuentros. Sabía estar en todas las ocasiones, sonreía constantemente y trasladaba alegría a todos los rincones. Desde luego no había fiesta en la ciudad a la que no lo considerasen invitar. Era tan inmenso su grupo de amistades que, en ocasiones, debía de acudir a diversos eventos en el mismo día con tal de agradar a todos.
Era luz, era intensidad, era alegría... una alegría desbordante y grandiosa. Todo en él era perfecto. Culto, elegante, atractivo, delicado, emotivo, educado, solemne, festivo... Era imposible no adorarlo... Y por eso nadie, nadie entendía que no tuviese pareja.
Ese era su gran misterio.
Y no es que no mostrarse atracción por el sexo. Al contrario, sabía como enamorar y amar y adorar a una mujer, entre la delicada frontera de la ternura y la sensualidad más apasionada.
Como tantas otras jornadas, aquella noche no fue distinta. Cenó, conversó, rio, encandiló, bailó e incluso se atrevió a cantar en el Karaoke una canción de Pablo Milanés que arrancó miles de aplausos. Su versión de "Yolanda" fue insuperable.
Y como tantas otras noches, casi en silencio, desapareció.
Al llegar a casa, mientras se desnudaba para meterse en cama, con cada prenda que se quitaba iba perdiendo una parte de su alegría, de esa sonrisa desbordante que le caracterizaba.
Sus ojos comenzaron a apagarse y a humedecerse. Recostó su cabeza en la almohada, intentando desviar su pensamiento hacia otros temas. ¿Cómo organizaría el día siguiente?
Pero era incapaz de difuminar de su cabeza la imagen de aquella chica a la que hace ya, 20 años, había visto marchar incapaz de evitarle el dolor de haberse enamorado.
Y los ojos comenzaron a llorar amargamente. Estaba claro que el tejido de la almohada le producía una profunda alergia. Mañana volvería a comprar otras almohadas. No se puede llorar todas las noches.
Fernando Garea enamorarse no produce dolor... enamorarse da vida... sensaciones, sentimientos... eso es vivir!!!
ResponderEliminarY las cosas bonitas no duelen.