LA CITA

 Es cierto que la tarde se me está haciendo larga. He cortado la hierba, he plantado los setos y he colocado las begoñas en la terraza. Sé que por la mañana han hablado de un ataque nuclear que ha aniquilado las localidades más cercanas. Y sé que mis vecinos, locos de histeria, han huido en su coche dejando la finca y la casa abierta.

Sé también que mi cuñada me ha llamado con la voz entrecortada, sin que apenas pudiera entenderla, comunicándome que no podía saber nada de gran parte de la familia... pero, de repente, se cortó la conexión.

Y supongo que algo debe estar pasando pues ni hay luz ni la televisión ni las líneas telefónicas funcionan. Pero no debo perder los nervios.

Me ducho en agua fría pues la caldera no funciona y enciendo unas velas para iluminar la terraza.

Llevo esperando por esta cita toda una vida. Hoy por fin he podido quedar con ella. Vendrá a casa y estaremos solos.  

Pondré el vino a enfriar en la sombra del roble.

Esta vez nada ni nadie va a estropearnos nuestra cita. 

 

Comentarios

Entradas populares