SEXO VIRTUAL

Hoy he tenido otra cita virtual. Todo ha salido a la perfección. Ha sido maravilloso poder vernos y hablarnos. Hemos intimado mucho... todo ha fluido. Y aunque no suele ser lo más importante... también hemos tenido sexo.

Desde luego es mucho más higiénico que aquella guarrada de hace ya décadas. Cuando teníamos que quitarnos la ropa, y besarnos sudorosos mientras nuestras lenguas se juntaban compartiendo virus y bacterias. Y ya no digamos lo demás... nuestros órganos genitales teniendo que someterse al contacto inmundo y hediondo con personas que casi desconocíamos y de los que no sabíamos casi nada de sus hábitos higiénicos.

Sin punto de comparación. Ahora todo es tántrico e insustancial y virtual y meditativo. Respiraciones e intercambio de energías espirituales y aspiraciones esenciales de práctica de la conciencia plena pero sin rozarse.

Sin punto de comparación. Pero debo seguir profundizando en este ámbito... pues tengo que reconocer que pese a los años, al acabar el sexo virtual, aun sigo acordándome de mi vecina Pilarita, y de ese vestido que a su madre no le gustaba nada porque le marcaba todas las curvas, y de como sus pechos se hundían en mi boca... Pesadillas... solo pesadillas... pero parece que me cuesta olvidarme del cuerpo de Pilarita. 

Necesitaré más meditación.