UN TIEMPO
Siempre nos apasionó vivir al límite. Desde que nos conocimos en aquel viaje al Caribe buceando en cuevas profundas y en aguas vírgenes... desde ese momento nos quedamos unidos. Tu habías acudido a Santo Domingo con tus amigos buscando juerga y yo me había escapado acompañando a mi hermana tras su incipiente fracaso matrimonial.
Recuerdo que te llamó la atención mi coraje para adentrarme en las profundidades aunque era la primera vez para los dos que buceábamos.
A partir de ese momento todo fue de la mano. Llegamos a España y decidimos salir juntos y hacer rappel los fines de semana. A los pocos meses decidimos compartir piso y para celebrarlo tuvimos un fin de semana de parapente. Cuando me presentaste a tus padres hicimos parkour y escalada sin cuerda.
Después, cuando yo te llevé ante mi familia, me regalaste un fin de semana en Ronda para hacer Winglfly desde el Punte Nuevo. Recuerdo con extraordinario nerviosismo el momento en el que nos vestimos aquel traje con alas y nos lazamos al vacío para planear mientras el cielo nos hacía competir con los pájaros.
Y ya hace días que estamos raros. Tu ya no eres el mismo y yo, es cierto, me he habituado a quedar para tomar café con mi compañero de oficina que se acaba de separar. Es majo y muy atractivo.
No sé porque hemos decidido aceptar hoy el regalo de San Valentín que nos hicimos hace tres meses. El bono decía: "Tu amor me hace volar", para añadir que compartir el cielo unía más que nada y que caer juntos hace eterno el sentimiento.
Pero ahora, cuando hemos saltado, y te veo la cara, y te insisto en que abras la anilla y tu sigues sonriendo con esa cara de loco... creo que me estás dando algo de miedo... y todo porque el otro día nos planteamos que a lo mejor teníamos que darnos un tiempo.... coño!!! tira de una vez de la puta anilla!!!
Comentarios
Publicar un comentario