MORIR DE ÉXITO
Al principio era sencillo. El local era para diez mesas y todas las noches servíamos aquella carne especial que tanto agradaba.
Yo nunca quise crecer. Era lo adecuado. Diez mesas todas las noches eran los clientes que podíamos atender.
Pero te has empeñado en progresar. Que si cinco mesas más no se iban a notar. Que si no pasaba nada porque seguiríamos manteniendo el suministro... Pero es que ahora son el triple. Y mediodías y noches... y era obvio que iba a suceder.
Por eso hoy cuando esa policía vino a investigar la procedencia de la carne, tuve que acabar también con ella y conducir su cuerpo a la nevera, como hacíamos -al principio- con un cliente mensual... Y es que ya no nos queda género para atender tantas comandas.
Comentarios
Publicar un comentario