ASESINO

 "Asesino... maldito asesino".- gritábamos llenando la mañana con nuestra ira hasta inundar la brisa fresca de rabia y dolor.

No cesamos en los insultos, en los improperios masticados desde las entrañas, desde la desnudez y la ingravidez de la indignación y la furia. 

Él, protegido por las fuerzas se seguridad, con la cabeza agachada parecía ajeno a nuestra cólera y furor.

Por otro lado, casi en silencio, las ambulancias trasladaban las víctimas. Su mujer y sus dos hijas. 

Y seguimos gritando intentando acallar las sirenas de los vehículos que van escribiendo el fin del drama.

El mismo drama del que fuimos testigos durante casi dos años con nuestro silencio, Con nuestras ausencias, con nuestra cobardía.

"Son problemas de matrimonio"... "todos discutimos en algún momento"... "alguien tendrá que hacer algo"... "deberían irse"... Y subimos el volumen de nuestro televisor o obviamos la evidencia, o simplemente mirábamos para el suelo cuando nos cruzábamos con ellos en el ascensor o en el rellano.

Ahora... para tranquilizar nuestra conciencia... no dejamos de gritarle... un puñetero asesino. 

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