FOTOGRAMAS

 Nada ha cambiado. Seguimos siendo los mismos.

Tú, radiante, espectacular, con tus ojos profundos, moldeando el aire como aquella noche en el olivar.

Y yo, ansioso de ti, persiguiendo tu figura en el espacio que llenas de esplendor.

Al principio nos ha costado un poco, pero tras la segunda copa de vino las frases se han vuelto a encadenar sin pausa como en aquellos años en los que creíamos que el universo se encerraba en la mesa que compartíamos cada viernes. Las risas se amontonaban, empujando la alegría hasta hacernos olvidar el tiempo.

Fue media hora que pasó en un minuto.  

Luego tú miraste el reloj. Debías volver al trabajo. Yo también miré mi móvil, debía recoger a mi hijo en actividades.

No supimos como despedirnos. Al final, un simple "ya volveremos a coincidir.Ha sido genial ponernos al día."

Ahora, sentado frente a la televisión, observo un reportaje sobre el cambio climático. Me hablan  de sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas o disminución de la biodiversidad.

Pero mi cabeza sólo piensa que hubo un tiempo que dejé escapar de mi vida, un momento excepcional que sólo parece regresar en fotogramas. Y te quiero imaginar a ti preparando la comida del día siguiente, o hablando con tu marido del arreglo de la casa de la playa o simplemente leyendo un libro. Pero sólo el fotograma que imagino me da paz si tú, por un instante... aunque solo sea un instante... también piensas en mí.

Vivir en fotogramas es la mejor forma de existir que ahora soy capaz de crear.