DEMASIADO TIERNO
Recojo el pequeño desorden que he causado por la forma agitada de entrar en la habitación. Siempre he sido ordenado. Y una vez realizada la tarea, intento ser pulcro y cívico.
Suena el móvil. En la pantalla aparece la imagen de un jovencita y el nombre de "Lara Hija". No parece mayor que mi niña. Incluso, a lo mejor, se conocen las dos. Esta ciudad es tan pequeña.
La llamada se pierde y, en apenas unos segundos, aparece un mensaje: "Papá, puedes dejarme media hora más... lo estoy pasando bien. ¿Me recoges un poco más tarde? ", y después un icono de unas manos suplicantes y una carita con corazones.
Estoy tentado de contestar pero sé que no debo hacerlo aunque me cuesta mucho resistirme. ¡Que hermosa es la adolescencia! Supongo que me estoy volviendo demasiado tierno para este trabajo.
Sé que él tampoco responderá la llamada. Sentado en el sofá con un tiró en la sien ha dejado ya de respirar.
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