ENTREGARSE

 Fue lo que escuché desde el primer día al entrar en la entrevista de trabajo. "En esta empresa somos una gran familia".

Luego se me pidió  "compromiso", "proactividad" y "ponerme la camiseta". Me la puse. Literalmente. 

Y me quedé horas extra sin cobrar, reemplacé a tres personas sin aumento y sonreí en cada reunión como si no tuviera alma. Me ascendieron… la presión. Inmediatamente, la otra frase. "Ahora ya debes sentir la empresa como tuya".

 Y llegó la  “pasión”, la “resiliencia” y “dar el 110 %”. Le di todo: mis fines de semana, mi salud mental y mi dignidad en cuotas sin interés. Después de seis meses sin vacaciones y con una silla que me dejó escoliosis emocional, de renunciar a todo, malviviendo, he decidido aceptar por fin la oferta de entregarme a tope. 

Hacía ya días, muchos días, que la mujer del jefe me sonríe de forma pícara cuando se cruza conmigo en el aparcamiento.

Hoy no agaché la cabeza... yo también le sonreí... ahora estamos en el archivo desnudos fumando un pitillo... por fin comienzo a sentirme parte de la empresa. 

Comentarios

Entradas populares