NO LE IMPORTA
Él finge que no le importa. Es una clara y determinante decisión. No hay marcha atrás.
Y lo hace tan bien que todos, absolutamente todos, creen que ya la ha olvidado.
Y en numerosas ocasiones, cuando te enfrentas a tus miedos, el se lo repite frente al espejo: “No me importa”.
Pero curiosamente aún pasa por la misma calle y observa la misma ventana “porque le queda de paso”, y conserva la taza que ella dejó, “porque es buena para el café” y cuando llega diciembre prefiere regalarse una tarde de wisky, mantita y series "para evitar constipados".
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