TRANQUILIDAD
Me llamó la atención que estuviese tan callado y tan quieto.
Habitualmente se muestra travieso, bullicioso, intranquilo y pleno de actividad.
Son continuas las llamadas de atención y sólo parece tranquilizarse cuando devora esos cómics de Marvel, llenos de fantásticos superhéroes, que descubrió en el baúl de las reliquias que había atesorado su padre. Parece que con ese descubrimiento hemos hallado la solución.
Ayer, después de leer un rato, estuvo toda la tarde mirando fijamente por la ventana hacía el viejo solar de la antigua fábrica donde van a construir los nuevos pisos de lujo.
Tengo que reconocer que al principio me confortó ese rato de paz pero según moría la tarde y el seguía con la mirada fija a través del ventanal comencé a preocuparme, por lo que no dudé en acercarme a el y tocarle la frente por si había enfermado. Él, sin dudarlo, me apartó, y me recordó que no podía desconcentrarlo, que era la "Antorcha Humana" y que estaba ensayando para mejorar sus superpoderes.
Sonreí y me tranquilicé. Estaba claro que nada había cambiado.
Después de cenar, cuando fui a darle el beso de buenas noches me contó que mañana ensayaría para convertirse en Hulk, la Bestia humana, y ante mi cara de sorpresa me explicó que debido a la radiación gamma se transforma en un ser gigantesco y poderoso cuando está enojado.
Le he sonreído y tapado mientras apagaba la luz.
Ahora son las 12:00 de la noche y estoy, como el resto de los vecinos, en bata en plena calle observando como los bomberos apagan el pavoroso incendio que ha arrasado todo el solar contiguo. Y mientras las sirenas y las luces nos iluminan miro para mi hijo y tengo claro que, mañana, intentaré no contradecirle, no vaya a enfadarse, al mismo tiempo que pienso como puedo desembarazarme con urgencia de los cómics.
Comentarios
Publicar un comentario