LA EDAD

 Lo observo a través de la ventanilla del coche. La tenía a medio abrir pero he decidido cerrarla con las primeras gotas que comienzan a caer. Aun así hace calor.

Puedo comprobar que se encuentra sereno y tranquilo. Le he ayudado a poner la cazadora pues supongo que luego refrescará. No quiero que pase frío.

Contempla el campo, apoyado en su bastón. Siempre le ha gustado la naturaleza en estado puro.

Ahora debo marcharme. Conduciré con calma por estas pistas de tierra para no embarrar los fondos. Cuando llegue a casa llamaré a Paloma para decirle que su padre no está en casa. 

Supongo que iniciaremos una búsqueda. Centros Comerciales, la carretera de la urbanización, incluso la playa cercana. Estoy seguro que a nadie se le ocurrirá hacer una batida por el Monte Lourido. Como un anciano va a llegar a un lugar tan inhóspito... pero la edad está tan imprevisible.

 

 

Comentarios

Entradas populares