MUNDO SUBTERRÁNEO
Papá decía, cuando eramos pequeños, que aquella rendija al lazo del pozo viejo conducía al mundo subterráneo, donde vivían los gnomos, las hadas y los duendes.
Yo lo miraba, con ojos fijos, cuando me contaba esas historias y, en ocasiones, pensaba que papá inventaba todo eso para entretenernos a mi y a mis primos en aquellos largos veranos en la casa de campo.
Tras la muerte de mis padres he decidido reformar la vieja casa de la aldea. Ayer cuando la excavadora que está moviendo el terreno se acercó al pozo pedí a los operarios que retirasen la vieja rendija.
Ahora que se ha hecho de noche y mientras preparo la cena tengo sentados a la mesa a dos seres diminutos de barba blanca y piel arrugada que visten extrañas ropas de cuero verde y a una delicada y luminosa señora que porta unas alas resplandecientes intentando explicarme que esta propiedad les pertenece.
Confío en que les gusten los sandwich mixtos... no tenía otra cosa para cenar.
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