DOBLE HOGAR
Abro el armario y no reconozco la ropa que allí aparece colgada.
En el cajón de los calcetines aparecen unos de color azul con corazones verdes que es imposible que sean míos.
Me acerco al cuarto de baño y sobre el mármol azul encuentro un frasco de loción after shave Clubman Pinaud.
Ahora tengo la certeza. Mi mujer me engaña. Lo suponía. Llevaba días esquiva y distante. Lo que me cuesta creer es que se haya atrevido a traer a su amante a casa. Supongo que se confío, consciente y sabedora que iba a estar estos quince días en la capital. Le dije que tenía un asunto urgente de trabajo.
No voy a permitirlo.
Regreso enfadado a la habitación. Es entonces cuando la veo...
Allí, desnuda y hermosa, dormida sobre las blancas sábanas de raso, me parece una diosa. Todo en ello es perfecta. Y tan ardiente y pasional.
Sin duda, elegí bien a mi amante.
Pero debo volver a mi casa. No vaya a ser que su marido regrese antes del viaje al que le envié a Madrid por un asunto urgente del trabajo.
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