NUEVA VIDA

Se está retrasando un poco sobre el plan establecido. 

Hasta el momento todo había ido tal y como la habíamos programado.

La empresa no iba bien. Iba a ser necesario cobrar el seguro. Yo era joven, sano, deportista... imposible que nada me sucediese. Y aquel seguro de vida era nuestra salvación.

Lo cobraríamos y nos fugaríamos a Brasil. A vivir y disfrutar en el Trópico de Caipirinhas y Guaranás, mientras nos enredábamos bajo el sol a ritmo de samba.

Habíamos conseguido en la Dark Web la inyección que me iba a producir la catalepsia. Yo me quedaría inmóvil, en aparente muerte y sin signos vitales, pero en un estado consciente.

El médico certificaría el fallecimiento por infarto. 

El paso por el Tanatorio un único día y el traslado final para un entierro en la más cercana intimidad en la finca del abuelo.  

Allí tú abrirías la caja. Después cobraríamos el seguro y a cruzar el charco. 

Una  nueva vida.

Pero el velatorio se está demorando. Veo que Manuel, mi socio, te acompaña en todo momento. 

Esto se está alargando demasiado y además me parece escuchar que la incineración será dentro de una hora... Algo no va según el plan establecido.

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