UNA CITA
Me he puesto el traje azul que llevé a la boda de mi prima Ana. Todo el mundo decía aquel día que estaba muy elegante y muy atractivo. Y la amiga de Paca, la cuñada del novio, se empeñó en bailar conmigo toda la noche. ¡Qué pesada!
He abierto el nuevo frasco de perfume que ayer compré la tienda. La dependienta me mira, cada vez que acudo cada mes, con una amplia y agradable sonrisa y ayer me dijo, sin que yo se lo preguntase, su horario de salida. No la acabo de entender. Me parece un poco rara.
He comprado una caja de bombones belgas. La confitera me adora. Todas las semanas soy cliente fijo. Me la ha adornado con un gran lazo de color rosa. Hoy me ha dicho que ya le gustaría a ella que alguien le regalase bombones mientras se inclinaba hacia mí con un gran escote, dejando al descubierto unos turgentes senos morenos que me hicieron sonrojar. Debo ser más cuidadoso con mis miradas.
Sé que hoy va a ser el día. Llevo mucho tiempo esperando. Como cada jornada, desde hace dos años, acudo al cierre de la tienda de ropa deportiva en la que ella trabaja. Hoy va a ser el día...
La veo salir y me acerco sonriendo... No sé que hace ese chico allí, dándole la mano. Nos cruzamos. Pero sus ojos le miraban a él y no me ha visto...
¡Maldita sea! Ahora que ya estaba todo listo.
Tendré que volver mañana a insistir o me quedaré soltero.
Tengo que conseguir que alguien me de una cita.
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