UN INCONVENIENTE

 Tengo que reconocer que paseo mucho más que antes. Tengo una vida menos sedentaria y más sumergida en la naturaleza. Es cierto que no nos pasa a todos igual pero en mi caso he cambiado las horas sentado delante de la pantalla del ordenador por paseos matutinos y vespertinos de larga intensidad.

Como muy sano y lo de no tener que tomar muchas decisiones también acaba siendo una ventaja. La vida ordenada y dirigida se muestra más sencilla. La rutina impuesta, al final, elude responsabilidades y conflictos morales. Y si hablamos de la liberación de la tiranía del textil... ¡que gozada eso de andar como Adán y Eva en el Paraíso!

Y aunque noto como algunos se quejan -eso sí, de forma callada y cuando no están los dueños muy cerca- apenas les hago caso; son siempre los mismos. Los que han cambiado radicalmente de posición, los que han perdido sus privilegios y aquellos que tienen un amo más duro y exigente, esos que -en muchas ocasiones- muestran un cierto carácter violento y agresivo. Es cierto que los que están con un Pit Bull, un Rottwiler ou un Dogo argentino -que los de otro lado del charco siempre fueron muy suyos- están algo más sometidos y no presumen de un trato tan exquisito.

Pero yo desde luego no me puedo quejar. Mi Golden Retriever me trata como si fuera de casa: siempre me tiene lista y limpia la mantita, me ofrece una dieta variada e incluso me pasea habitualmente sin necesidad de collar, además de las incontables muestras de cariño que me ofrece diariamente con su pezuña y sin  levantarme nunca su ladrido. Y eso es otra cosa a valorar; lo mucho que hemos aprendido de lenguaje animal. Mi Golden Retriever ya me ha matriculado para el nivel B2 y dice que de seguir así antes del verano podré obtener el C1. 

Jamás pensé que el día en que los perros nos dominasen podríamos estar tan a gusto. Es una dictadura canina bastante agradable. De hecho, por poner un pequeño defecto, algún inconveniente, lo único que no acabo de llevar del todo bien es que con la inversión de poder ahora nos toca recoger el doble de caca: la nuestra y la de ellos... pero no todo iban a ser ventajas.